
Tras salir huyendo de Silicon Valley por motivos políticos y empresariales, Elon Musk está construyendo un campus corporativo en una zona rural de Texas.
A media hora del este de Austin, pasando el aeropuerto, la congestión del tráfico comienza a disiparse y aparecen las llanuras del centro de Texas, dejando atrás la floreciente ciudad.
En algún punto de la autopista principal de dos carriles, un giro a la izquierda lleva a los conductores por la carretera 1209 que conecta las granjas a los mercados.
Parece una localidad improbable para un centro de alta tecnología, pero eso es exactamente lo que espera Musk, el hombre más rico del mundo y uno de los aliados más cercanos del presidente Donald Trump.
Los documentos judiciales indican que un gran edificio metálico, terminado en los últimos meses, será la nueva sede de X, su plataforma de redes sociales.
A poca distancia, un gran logotipo de The Boring Company, la empresa de infraestructuras de Musk, está estampado en uno de los lados de otra sede. Y al otro lado de la carretera 1209 se encuentra una planta de SpaceX en rápido crecimiento que fabrica equipos de internet satelital Starlink.
Como la mayoría de los magnates tecnológicos, Musk había establecido desde hacía tiempo su hogar y su sede en Silicon Valley.
El traslado a Texas del que una vez fue partidario del partido Demócrata forma parte de una tendencia más amplia en el mundo tecnológico y también parece reflejar su propia transformación ideológica.
Aquí, el terreno es (relativamente) barato, abundan los trabajadores tecnológicos cualificados de la cercana Austin, y las leyes locales favorecen el desarrollo.
Por supuesto, esta mudanza también tiene sus propias implicaciones políticas.
En julio de 2024, Musk anunció su salida de California después de que el estado aprobara una ley que prohibía a los profesores notificar a las familias cuando algún estudiante decidía cambiar su identidad de género.
Musk tiene una hija transgénero, de la que está distanciado, y se ha pronunciado en contra de lo que él llama el “virus de la mentalidad progresista” -que describe en entrevistas como una política de identidad divisiva-, junto con ideas antimeritocráticas y contrarias a la libertad de expresión.
Por ello Musk decidió mudarse a Texas, un bastión republicano y el estado con mayor crecimiento en Estados Unidos.
Fuente de la imagen, BBC/MIKE WENDLING
Sentimientos encontrados
Además del conjunto de edificios cerca de Bastrop, en el centro de Texas, el empresario construyó instalaciones de SpaceX en el condado de Cameron, en el extremo sur del estado, cerca de la frontera con México.
Los empleados de SpaceX presentaron una petición para crear una nueva ciudad llamada Starbase. La medida se votará en mayo.
Los habitantes de Bastrop tienen sentimientos encontrados sobre el proyecto.
“Es casi como si tuviéramos una doble personalidad”, dice Sylvia Carrillo, administradora municipal de Bastrop, cuya población, que suma más de 12.000 habitantes, está en constante crecimiento.
“Los residentes están contentos de que sus hijos y nietos tengan trabajo en la zona”.
“Por otro lado, puede parecer que estamos siendo abrumados por un tercero y que el desarrollo urbanizará rápidamente nuestra zona”, agrega.
Aunque el desarrollo de Musk está técnicamente fuera de los límites de la ciudad, está lo suficientemente cerca como para que las leyes de Texas otorguen al gobierno de Bastrop influencia sobre el desarrollo.
Y, como subraya Carrillo, los edificios de Musk son solo un ejemplo de las muchas construcciones que surgen en una zona en auge.
“Se ha enfrentado a una reacción negativa por algo que no es del todo culpa suya”, señala.
“Pero ahora que está aquí y las cosas están cambiando rápidamente, es cuestión de gestionar los problemas como los precios de las viviendas y los terrenos y el medio ambiente”, agrega.
El complejo de Musk todavía es bastante básico. La imponente Plaza Hyperloop se encuentra en medio de los edificios corporativos y alberga la Bodega Boring, propiedad de la compañía, un bar, cafetería, peluquería y tienda de regalos.
En una ventosa tarde de domingo, una consola de videojuegos permanecía sin usarse frente a un sofá, cerca de un mostrador con camisetas de la empresa, mientras algunos niños corrían de un lado a otro en un parque infantil al aire libre.
Los desarrollos en Bastrop encajan a la perfección con el ritmo acelerado de actividad en el centro de Texas, donde las grúas se alzan constantemente sobre el horizonte de Austin y el mercado inmobiliario es un tema de conversación constante.
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La zona ha experimentado varios auges y caídas industriales a lo largo de los años, incluyendo la tala y la minería de carbón, afirma Judy Enis, guía voluntaria del Museo y Centro de Visitantes de Bastrop.
Durante la Segunda Guerra Mundial, decenas de miles de soldados, y alrededor de 10.000 prisioneros de guerra alemanes llegaron en masa a Camp Swift, una instalación del ejército estadounidense al norte de la ciudad.
“Eso probablemente tuvo más impacto que Elon Musk”, señala Enis.
El impacto en una comunidad rural
Las opiniones sobre el magnate son mezcladas e inseparables no solo de su política, sino también de las creencias sobre el desarrollo económico en lo que sigue siendo una zona predominantemente rural.
Judah Ross, agente inmobiliario local, afirma que el desarrollo ha impulsado el crecimiento poblacional, que comenzó como resultado del auge de Austin y se aceleró durante la pandemia de Covid-19.
“Siempre seré parcial porque quiero el crecimiento”, afirma Ross. “Pero me encanta este lugar y quiero formar parte de él”.
“Lo principal es la cantidad de empleos que esto está generando”, señala. “El año pasado, hice ventas a la gente que trabaja en Boring y SpaceX”.
Alfonso López, un tejano que regresó al estado después de trabajar en tecnología en Seattle, dice que inicialmente eligió Bastrop pensando que ganaría dinero rápido comprando una casa y luego seguiría adelante.
Sin embargo, rápidamente se enamoró de la ciudad, con su mezcla de negocios locales y gente amable, y quiere quedarse.
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López no es un gran admirador de Musk y critica algunas de sus prácticas de gestión, pero admira la tecnología que sus empresas han desarrollado y se alegra de vivir cerca, siempre y cuando las empresas sean buenas vecinas.
“Mientras no arruinen mi agua ni excaven un túnel debajo de mi casa y creen un socavón, no están mal”, dice, mientras señala la nave metálica que alberga la bodega, la cafetería y el bar. “Vendré aquí a ver un partido”.
Sus preocupaciones sobre el agua no son solo teorías. El año pasado, la Comisión de Calidad Ambiental de Texas multó a The Boring Company con US$11.876 tras ser citada por infracciones vinculadas con la contaminación de agua.
Inicialmente, The Boring Company planeó verter aguas residuales en el cercano río Colorado, pero, tras la presión local, firmó un acuerdo para enviar los residuos a una planta de tratamiento de aguas, también en Bastrop.
Los problemas con el agua parecen haber retrasado la construcción de viviendas, que, según se informa, podrían ser más de 100 casas para los empleados de Musk.
Sin embargo, el desarrollo de casas planificado no se ha materializado hasta ahora. Las viviendas se limitan a unas pocas caravanas temporales detrás del edificio de la bodega, rodeadas por un muro, hectáreas de llanura texana y algunos caballos pastando.
Carrillo, la administradora municipal, afirma que cualquier construcción de viviendas a gran escala tardará al menos un año.
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“Lo arruinarán todo”
En noviembre, SpaceX solicitó la designación de zona de libre comercio, lo que le permitiría transportar materiales y productos terminados dentro y fuera de la fábrica de Bastrop sin estar sujeta a aranceles, una de las políticas emblemáticas de Donald Trump.
Es una práctica común para los fabricantes, y existen cientos de zonas similares en todo el país.
Las autoridades locales de Texas respaldaron la propuesta, afirmando que impulsará la economía local, a pesar de que le costará al condado unos US$45.000 en ingresos este año.
La compañía también recibirá una inyección de US$17,3 millones del gobierno de Texas para desarrollar el sitio, una subvención que, según las autoridades, se espera que lleve a la creación de más de 400 empleos y US$280 millones en inversión de capital en Bastrop.
Pocos residentes locales quisieron criticar directamente a Musk cuando los abordamos. Pero la historia es diferente en internet, donde se perciben sentimientos más agudos.
“Lo arruinarán todo”, publicó un residente en un foro en línea de los vecinos de Bastrop. “Con él no viene nada bueno”, agregó.
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La BBC contactó a SpaceX, The Boring Company y X para obtener comentarios.
Carrillo afirma que no ha percibido indignación entre los residentes a raíz de las acciones de Musk en Washington.
Pero para proteger a Bastrop, dice, la ciudad promulgó recientemente leyes que limitan la densidad de viviendas y proveen parques públicos; medidas que, según ella, preservarán el carácter histórico del bien conservado centro, a la vez que permitirán el crecimiento en las afueras.
Bastrop, afirma, es una ciudad conservadora, tradicionalmente republicana.
“Sus ideas nacionales no tienen mucho impacto”, afirma. “Sus empresas han sido buenos ciudadanos corporativos, y esperamos que sigan siendo así”.
Con información de BBC News Mundo.