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EEUU-Colombia: fanfarronería, burla ideológica y duro regreso a la realidad

In Editorial
febrero 03, 2025

Por: Por Pascal Drouhaud

Petro logró consolidar las posiciones de Donald Trump: debilitar la posición de Colombia, con un aroma de humillación cuando Colombia es un gran país. Pero a la vez, el mundo pudo entender que no existe mejor acción patriótica y unificadora para un país que llevar a cabo una acción a favor de un desarrollo duradero basado sobre un mercado del trabajo basado sobre la producción, la valorización de las personas.

La crisis relámpago, a propósito del tema migratorio entre Washington y Bogotá de 26 de enero de 2025, va a dejar huellas tanto en América Latina para comprender la determinación del presidente Trump en llevar a cabo los ejes políticos sobre los cuales fue elegido en noviembre pasado.

Gustavo Petro perdió en pocas horas una gran parte de la credibilidad que le quedaba abordando el tercer año de un mandato bajo turbulencias. Y, por cierto, ¿cómo no será? Fue elegido en junio de 2022 bajo el concepto de la “paz total” contra una personalidad inédita que muchos presentaron como un “OVNI” político”, Rodolfo Hernández, “el rey del Tiktok”, que hizo la campaña de segunda vuelta desde el exterior, principalmente Miami.

Gustavo Petro, un ex miembro de la guerrilla M-19 desmovilizada y regresando a la vida civil en 1990, ha sido un actor político hasta su elección: alcalde de Bogotá durante un periodo convulsionado entre 2012 y 2015, senador hasta 2022, logró convencer a sus ciudadanos de una paz en la seguridad, que negociar con todos los grupos fuera del orden republicano: la guerrilla Ejército de Liberación nacional (ELN), disidentes de las FARC supuestamente desmovilizadas a raíz de los acuerdos firmados en 2016, carteles como el famoso “Cartel del Golfo”, tantas organizaciones militaro-políticas y criminales que podían recoger una forma de “absolución” del Estado colombiano.

Sobre el terreno los combates siguen como lo acaban de recordar los últimos enfrentamientos en la provincia del Catatumbo, en el este del país, fronterizo a Venezuela, conocido por ser zona de producción de cocaína, entre guerrillas, mientras se desplegaron 9000 soldados. En pocos días, son oficialmente 84 los muertos que dejaron los combates, recordando las horas más graves del conflicto interno de las últimas décadas. El Presidente Petro pidió a Venezuela que la ayudara en su lucha contra el ELN en esta región. ¿Desconocimiento de la realidad, burla, juego de sombras chinas de parte de Bogotá?

Como si no se conocieran las protecciones desde años, que Venezuela otorga a los grupos clandestinos colombianos, que durante estos últimos 20 años, se beneficiaron de la “base de atrás” del gran país bolivariano? En Colombia, la producción de coca y producto terminado cocaína nunca ha sido tan importante. Los terribles eventos en Ecuador durante la campaña presidencial de agosto 2023, permitieron poner el enfoque sobre el narcotráfico regional: de la producción entre Colombia, que ocupa el primer rango mundial, Perú, Bolivia y la parte amazónica de la frontera oriental de Brasil.

De la producción a una transformación y exportación, hacia los carteles mexicanos para una repartición entre los mercados estadounidense, europeos y en Asia, el narcotráfico retomó fuerza y se expandió. A esta situación, Gustavo Petro quiso inscribirse en una dinámica alternativa que resulta al final poner en tela de juicio el orden internacional y de seguridad establecido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial: vistiéndose de un discurso de “liberación de los pueblos” y de buena intención para “la paz mundial”, no contestó en 2022 a la demanda de otorgar armamentos compatibles con los equipos ucranianos.

Rompió con Israel, unos de los principales proveedores del ejército colombiano, adoptando una posición de solidaridad con el Hamás y el Hezbolá. “Guerra tuitera” con los Presidentes Javier Milei y Nayib Bukele en 2024, apoyo medio camuflado al régimen de Nicolás Maduro, Gustavo Petro quiso olvidar que desde 2017, Colombia tiene el estatus de “aliado mayor fuera de la OTAN” de los Estados Unidos: abre espacios en término de inteligencia en la lucha contra el narcotráfico, la búsqueda de lavado de dinero, equipos militares para las operaciones contra grupos armados delincuentes etc.”.

Olvidó la geografía: Colombia que tuvo el valor y coraje de integrar más de 3 millones de venezolanos que se quedaron desde 2017, otros 2 millones quien, a través de la región del Darién, atraviesan Centroamérica y México hacia la frontera estadounidense, otros que “bajan” hasta Perú, Ecuador incluso Chile, no puede olvidarse de sus vecinos y entrar en una visión ideológica de su posición.

Desde hace décadas, la mitad de la población colombiana vive en la pobreza, sometida en los campos a la presión de los grupos armados, muchos de ellos mismos siendo interconectados, ofreciéndole protección o controlándolos, al narcotráfico. Contando una narrativa como lo hizo el 26 de enero pasado, a través de los “tuits” de orgullo nacional, olvidó el principio de una co-responsabilidad .”Trump, a mí no me gusta mucho viajar a los EEUU, es un poco aburridor, pero confieso que hay cosas meritorias: me gusta ir a los barrios negros de Washington, allí vi una lucha entera en la capital de los EE.UU. entre negros y latinos con barricadas, que me pareció una pendejada, porque deberían unirse (…) Colombía es el corazón del mundo y usted no lo entendió, esta es la tierra de las mariposas amarillas, de la belleza de Remedios, pero también de los coroneles Aurelianos Buendía, de los cuales soy uno de ellos, quizás el último. Me matarás, pero sobreviviré en mi pueblo que es antes del tuyo, en las Américas”.

Donald Trump en pocas horas le contestó con la fuerza de la realidad: mientras se había negado a aceptar los aviones de la administración estadounidense con migrantes colombianos ilegales, volvió a una posición favorable ante el aumento inmediato de los aranceles dando acceso al mercado norteamericano.

Petro logró consolidar las posiciones de Donald Trump: debilitar la posición de Colombia, con un aroma de humillación cuando Colombia es un gran país. Pero a la vez, el mundo pudo entender que no existe mejor acción patriótica y unificadora para un país que llevar a cabo una acción a favor de un desarrollo duradero basado sobre un mercado del trabajo basado sobre la producción, la valorización de las personas. La seguridad debe estar a favor de la atractividad del país, que llevara ingresos y un orgullo nacional nuevo basado en la voluntad en ir en adelante teniendo los pies sobre la Tierra.

Finalmente, Petro le hizo un favor inmenso a su país: demostró lo que no se tiene que hacer para poder ganar credibilidad puesta al servicio de su pueblo, en las fronteras nacionales e internacionales.

(Politólogo francés y especialista en temas internacionales.)

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