
El general Salamanca, nuevo Director General de la Policía, declaró que había votado por Petro.
También adhirió a la interpretación política que el gobierno Petro le dio a la gigantesca manifestación de los reservistas de las Fuerzas Armadas y de la Policía: La marcha no fue contra Petro, sino para exigir el pago de la “mesada catorce”. Lo cual es evidentemente falso, y el general Salamanca lo sabe mejor que nadie: Los manifestantes no gritaban “queremos plata”, sino “fuera Petro”. Todo el país lo escuchó.
Naturalmente, el ciudadano Salamanca tenía todo el derecho del mundo de votar por el candidato que mejor interpretara su forma de pensar, puesto que en la época de las elecciones estaba retirado del servicio activo.
Pero el Director General de la Policía ha creado un nefasto precedente y dado una señal muy peligrosa a sus subalternos, al manifestar públicamente sus preferencias políticas.
¿Cómo pensará un patrullero que debe actuar, cuando sabe que su máximo jefe es miembro activo del petrismo?
Me da mucha pena con el señor general Salamanca, pero, una vez que se puso de nuevo el uniforme, y empuñó, otra vez, el bastón de mando de los generales de la República, su primera obligación es con la Constitución, con la bandera, y con la patria que juró defender.
Por primera vez, en la historia moderna de Colombia, el país sabe cuáles son las posiciones políticas del Director General de la Policía.
Dios quiera que los demás integrantes de la Policía Nacional y los miembros de las tres fuerzas armadas, no piensen que su deber es defender la política de Petro.
Porque, como dijo Cristo, “si la sal se corrompe”….