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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró este jueves su propósito de tomar el control de toda la Franja de Gaza.
Lo hizo en una entrevista con la cadena estadounidense Fox News, en la que le preguntaron si Israel asumiría el control de la Franja.
“Tenemos la intención de hacerlo, para garantizar nuestra seguridad, eliminar a Hamás de allí, permitir que la población de Gaza quede libre y traspasar el control a una administración civil, que no sea Hamás ni nadie que promueva la destrucción de Israel”, afirmó.
Y agregó: “Queremos liberarnos a nosotros mismos y liberar al pueblo de Gaza del horrible terror de Hamás”.
Netanyahu también señaló que Israel “no quiere quedarse” en Gaza.
“Queremos tener un perímetro de seguridad. No queremos gobernarla. No queremos estar allí como una autoridad gubernamental”, aseguró.
Netanyahu hizo estas declaraciones antes de que empezara una reunión del gabinete de seguridad de Israel, tras el cual se espera una decisión definitiva acerca de los próximos movimientos en Gaza.
Miles de israelíes se concentraron frente a la Oficina del Primer Ministro en Jerusalén, sede de la reunión, para protestar contra el plan de ocupación total de Netanyahu.
A la espera de que se comunique la decisión final, las Fuerzas de Defensa de Israel ordenaron a los residentes de la Ciudad de Gaza (aún no ocupada) evacuar ante la posibilidad de ataques.

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Una operación arriesgada y polémica
Se cree que el plan de ocupar completamente Gaza, cuyo objetivo sería destruir a Hamás, obligaría a un millón de residentes de la Franja a desplazarse más al sur.
Israel, que controla alrededor del 75% del territorio, no ha operado en la Ciudad de Gaza ni en los campamentos del centro de la Franja, donde viven alrededor de un millón de palestinos.
El ejército ha advertido que una expansión de la ofensiva para lograr el control total de Gaza pondría en peligro a los 20 rehenes israelíes que se cree que siguen vivos y se encuentran retenidos en esas zonas, además de poner en riesgo a los soldados.

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Las familias de los rehenes comparten estas preocupaciones y creen que la única manera de garantizar su liberación es mediante un acuerdo negociado.
Grupos de familiares se manifestaron frente a la Oficina del primer ministro de Israel en Jerusalén para protestar contra la decisión de Netanyahu, que consideran “una sentencia de muerte y la desaparición inmediata de nuestros seres queridos”.
El periódico Ma’ariv informó este jueves que la “estimación predominante es que la mayoría de los rehenes vivos, y posiblemente todos, morirán” si se amplía la ofensiva, ya sea a manos de sus captores o accidentalmente por el fuego de soldados israelíes.
Otros medios israelíes afirman que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) realizarán maniobras en zonas donde se cree que se encuentran los rehenes, así como en regiones del centro de Gaza que hasta ahora han evitado en gran medida durante el conflicto.
Hamás respondió al anuncio de Netanyahu con un comunicado en el que acusa al primer ministro israelí de querer “continuar con su política de genocidio y desplazamiento cometiendo más crímenes” contra el pueblo palestino.
El grupo armado palestino señaló que el anuncio de una ocupación total “representa una clara marcha atrás en el curso de las negociaciones y revela claramente los verdaderos motivos detrás de su retiro de la ronda final”.
Alegó que, de llevar a cabo sus planes, “el precio será alto” ya que Netanyahu estaría dispuesto a “sacrificar” a los rehenes israelíes que permanecen en Gaza.
Situación límite en Gaza
Las declaraciones de Netanyahu sobre el futuro de Gaza llegan en un momento en el que continúan los ataques aéreos israelíes.
En su actualización más reciente, el Ministerio de Salud de Gaza -controlado por Hamás- informó que 61.258 personas han muerto y 152.045 han resultado heridas en ataques israelíes desde que comenzó el conflicto hace 21 meses.

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La ONU estima que, como resultado de las operaciones militares de Israel, el 87% de Gaza es hoy una zona militar designada o está sujeta a órdenes de evacuación.
Ante esta situación, los palestinos desplazados se han visto forzados a instalarse en campamentos de refugiados en las zonas restantes, mientras agencias de Naciones Unidas han advertido de la existencia de una hambruna masiva.
Según el Ministerio de Salud, cuatro personas han muerto por desnutrición en las últimas 24 horas, lo que llevaría el número total de muertes por desnutrición desde el inicio de la guerra a 197, incluidos 96 niños.
Israel ha insistido en que “no hay hambruna” en Gaza, y ha respaldado a la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés) como organización distribuidora de ayuda.
También ha permitido recientemente lanzamientos aéreos de suministros en el territorio.
Sin embargo, un grupo de expertos de la ONU ha pedido que se desmantele la GHF después de que el organismo internacional informara de que al menos 859 personas han muerto en las cercanías de sus centros de distribución desde que iniciara operaciones.
La expansión militar probablemente reciba críticas dentro y fuera del país
Hugo Bachega
Corresponsal en Oriente Medio, desde Jerusalén
Las encuestas sugieren que la gran mayoría de la opinión pública israelí prefiere un acuerdo con Hamás para la liberación de los rehenes y el fin de la guerra.
Los líderes israelíes afirman que, en este momento, Hamás no está interesado en negociar ya que, a su juicio, el grupo se ve crecido por la presión internacional sobre Israel debido a la crisis humanitaria en Gaza.
La amenaza de una ocupación total podría formar parte de una estrategia para intentar forzar al grupo a hacer concesiones en las estancadas negociaciones.
Pero muchos aquí creen que Netanyahu está prolongando el conflicto para garantizar la supervivencia de su coalición, cuya continuidad depende del apoyo de ministros ultranacionalistas que han amenazado con abandonar el gobierno si se llega a algún acuerdo con Hamás.
Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich han defendido públicamente la expulsión de palestinos de Gaza -lo que podría equivaler a un desplazamiento forzoso de civiles, un crimen de guerra- y la repoblación de este territorio con judíos.
No está claro si la ocupación total significaría una operación a corto plazo o una toma de control a largo plazo.
En todo caso, cualquier expansión de las operaciones de Israel en Gaza probablemente reciba fuertes críticas internacionales y aísle aún más al país.
Con información de BBC News Mundo.