
Lejos de los sets de filmación, los actores encontraron en la paternidad y las reuniones familiares el secreto para una relación auténtica, compartiendo momentos cotidianos y apoyándose en la crianza de sus hijos en Manhattan

Bradley Cooper y Anne Hathaway figuran entre los actores más reconocidos de la industria del cine, pero lejos de los focos han forjado una relación que va mucho más allá de los guiones y la fama. El vínculo entre ambos surgió de manera natural, impulsado por el punto de encuentro más universal: la experiencia de la paternidad y la dinámica cotidiana de criar hijos pequeños. Así, en Manhattan, en pleno contexto de la pandemia, ambos intérpretes descubrieron la posibilidad de compartir su vida al margen del glamour y de establecer una cercana y sincera amistad gracias a sus hijos.
El inicio de la amistad: la paternidad como puente
Cooper, en una entrevista reciente para Vogue, relató cómo la amistad con Hathaway y su esposo, Adam Shulman, nació en la simpleza de las rutinas compartidas como padres. Cooper, padre de Lea De Seine (8 años) junto a su expareja Irina Shayk, y Hathaway, madre de Jonathan (9) y Jack (5), formaron parte de lo que Vogue describió como “uno de los grupos de COVID más glamorosos del mundo”. En esos meses marcados por el aislamiento y las restricciones, la crianza se transformó en un lazo potente: “Empezamos a salir juntos como padres, a hacer fiestas de baile con los niños en mi cocina, y me enamoré de ambos”, describió Cooper.
El testimonio refleja cómo, en momentos de incertidumbre colectiva, la amistad puede encontrar terreno fértil en los espacios más cotidianos. Compartir inquietudes, responsabilidades y alegrías vinculadas a los hijos permitió a ambas familias forjar un vínculo auténtico, ajeno a los flashes, basado en el entendimiento mutuo y la complicidad.

Dinámica familiar y encuentros compartidos
Las dinámicas familiares que surgieron entre los Cooper y los Hathaway-Shulman giran en torno a la infancia: fiestas de baile improvisadas en la cocina, juegos entre los niños y una convivencia espontánea que reafirma la importancia de la tribu en la tarea de criar. Estos encuentros no sólo facilitan que los hijos socialicen y compartan tiempo de calidad, sino que también brindan a los adultos un espacio para apoyarse y fortalecerse en la vida cotidiana.
Ambas familias, residentes en Manhattan, encontraron en la cercanía y la similitud de sus rutinas un punto de apoyo destacado durante la pandemia. En palabras de Cooper, estas actividades sencillas —bailar, conversar, disfrutar en compañía— fueron clave para forjar una amistad que, en su caso, también incluyó admiración y afecto por Anne y Adam como pareja y padres.
Cooper elogia a Hathaway y su entorno familiar

Más allá de la convivencia y las vivencias compartidas, Bradley Cooper no escatimó elogios hacia Anne Hathaway en el artículo de Vogue. El actor resaltó el trato amable y respetuoso de la actriz hacia todas las personas, independientemente del contexto o la posición. “Ves cómo trata a todo el mundo, y es a todo el mundo, es muy amable”, subrayó. Cooper también admiró el carácter “muy presente, sensato y salvajemente inteligente” de Hathaway, destacando la autenticidad con la que se desenvuelve en los distintos ámbitos de la vida.
La relación entre Anne y su esposo Adam Shulman también mereció palabras de reconocimiento. A ojos de Cooper, su matrimonio representa “un emblema de ese tipo de compromiso” y sugiere que ambos “se enriquecen mutuamente como cónyuges”. La admiración expresada por Cooper va más allá de lo profesional, tocando el plano humano y familiar, y refleja el valor de las conexiones basadas en el respeto, el cariño y las experiencias comunes.
La privacidad como prioridad en la crianza

Anne Hathaway ha sido clara en cuanto a la importancia de resguardar la vida privada de sus hijos. A pesar de su condición de figura pública, la actriz procura mantener a Jonathan y Jack lejos del ojo mediático. En 2023, declaró a PORTER que esta decisión responde a la necesidad de todo niño de contar con un espacio protegido para crecer y desarrollarse. Hathaway señaló que su postura no solo tiene que ver con su propia tranquilidad, sino con la conciencia de formar parte de un equipo familiar donde las necesidades de los hijos deben primar.
Para Hathaway, este resguardo no significa ocultar la maternidad, sino preservar el derecho de los niños a definir sus propias vidas y experiencias lejos de la presión pública. Así, su enfoque busca equilibrar su presencia como celebridad con la construcción de un entorno saludable y respetuoso para sus hijos.
El impacto transformador de la maternidad
El nacimiento de sus hijos significó un giro en la vida de Anne Hathaway. Según relató a The Wall Street Journal, la maternidad supuso el comienzo de una etapa de autenticidad y raíces profundas. “No me sentí plenamente arraigada hasta que fui madre”, confesó. Esta experiencia la impulsó a comprometerse aún más con sus valores, dejando de lado inseguridades y adoptando una postura de mayor honestidad y coherencia en su vida diaria.
Hathaway asegura que la llegada de Jonathan y Jack promovió un sentido renovado de integridad, motivándola a ser fiel a su palabra en cada aspecto de su existencia y priorizar la mejor versión de sí misma como madre y como persona. Este cambio de perspectiva, nacido del vínculo materno, resuena en su determinación de proteger a su familia y de aprender de la maternidad día a día.
La historia de amistad entre Bradley Cooper y Anne Hathaway, forjada a través de la crianza, revela cómo las relaciones genuinas prosperan en la sencillez de lo compartido, y cómo la familia sigue siendo el motor de los cambios más profundos y significativos.
(Con informacion de I.A.)