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La tragedia familiar de Paul Auster que superó cualquier relato de ficción

In Internacionales, Lo Último
mayo 01, 2024

En abril de 2022, las sucesivas muertes de su nieta y de su hijo Daniel en relación al consumo de fentanilo y heroína conmovieron al mundo. El escritor no habló nunca públicamente de los hechos, pero la tristeza acompañó la enfermedad que terminó con su vida este martes 30

La muerte de una bebé de 10 meses por sobredosis de fentanilo y heroína bien podría ser el inicio de una novela que explore en los complejos recovecos del alma humana, la caída al infierno de una adicción o en una problemática situación familiar salpicada por vaivenes emocionales de toda clase. Para sumar atractivo, el acusado de homicidio por negligencia podría ser el hijo de un escritor de fama global que, a su vez, ha tocado el tema de las complejas relaciones familiares en varias de sus novelas. Un par de semanas después de ese episodio, el hijo del autor bestseller muere de sobredosis. Si de cajas chinas se trata -así se definió más de una vez como marca distintiva el estilo narrativo de Paul Auster-, la situación familiar que atravesó en la vida real superó cualquier relato de ficción.

Daniel Auster, hijo mayor del escritor Paul Auster
Daniel Auster, hijo mayor del escritor Paul Auster
Según la denuncia penal, citada por medios estadounidenses, Daniel Auster declaró que se inyectó heroína y se acostó a dormir junto a su hija. Cuando despertó, la niña no respondía. Poco menos de dos semanas, murió por una sobredosis. El Departamento de Policía de Nueva York dijo fue encontrado inconsciente en una plataforma del metro, en Brooklyn, el 20 de abril. Los agentes le practicaron reanimación cardiopulmonar y fue trasladado en condición estable, pero murió seis días después.
El cuadro familiar se completaba con la madre de Daniel: Lydia Davis es considerada como una de las cuentistas más relevantes de la escena contemporánea, traductora al inglés de obras de Proust, Flaubert y Foucault. Reconocida como una de las mejores narradoras de relato breve de Estados Unidos, recibió una prestigiosa beca de la Fundación McArthur en 2003, por su mérito excepcional en el ámbito de la narrativa. Desde 2005 es miembro de la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias, y en 2013 recibió el premio bienal Man Booker Internacional. Vivió en Buenos Aires a mediados de los años 60, cuando tenía 18 años y conoció a buena parte de la élite cultural porteña de ese tiempo. Esa estancia, reconoce, la inspiró para escribir relatos como “Caminos”, “Las mucamas odiosas” o “El problema con la aspiradora”.

(Con información de Infobae)

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