
Las Farc tienen conexiones en cuatro continentes, a través de la Cominter y otras organizaciones delictivas aliadas.
Europa
El 27 de agosto del año pasado, mientras en la mesa de La Habana se discutía sobre la jurisdicción especial para la paz y las víctimas, el Gobierno de EE. UU. anunció que había descubierto una red ilegal que trabajaba para las Farc en Suiza, conformada por cuatro colombianos residentes en ese país y dos empresas localizadas en la ciudad de Zurich.
Se trata de la firma de remesas Colombiano Latin Shop y la comercializadora Adolfo Fonnegra Espejo Trading & Investment, que según John E. Smith, director (e) de la Ofac, le facilitaban a la guerrilla servicios de remesas desde el extranjero y acceso al sistema financiero internacional, encubriendo una trama de lavado.
En consecuencia, fueron designados en la Lista Clinton José Peña Pacheco, Iván González Zamorano, Adolfo Fonnegra Espejo y Cristian González Mejía; los tres últimos fueron señalados además de participar, presuntamente, en la distribución de narcóticos en Suiza, que recibían por medio de rutas que partían de Colombia y Panamá.
El jefe de Operaciones Financieras de la DEA, Anthony Marotta, agregó que su agencia continuaría persiguiendo a “los facilitadores del imperio global de drogas y lavado de activos de las Farc”.
El expediente señala que ellos rendían cuentas a Ómar Zabala Padilla, alias “Lucas Gualdrón”, el delegado de la Cominter para Francia, Italia y Suiza. El Tesoro lo tiene en la mira desde 2009, cuando lo incluyó en su lista negra y estimó que él estaría al frente del 80 % de las actividades farianas en el Viejo Continente, “incluyendo contactos con otros grupos terroristas y negocios de armas”.
Las labores de “Lucas Gualdrón” implican el proselitismo político y acercamientos con ONG europeas que quieran patrocinar la causa. Se presume que habría participado en un asunto propagandístico que generó escándalo en 2006, cuando una empresa de ropa y una ONG de izquierda denominada “Rebelión”, ambas de Dinamarca, promovieron el apoyo a las Farc con la venta de camisetas (la marca se llamaba Fighters and Lovers) y la recolección de fondos en eventos.
En Colombia, la Fiscalía le sigue un proceso por financiación del terrorismo y rebelión, y un juez de Bogotá le dictó medida de aseguramiento en calidad de persona ausente desde 2010. Hoy es buscado con Circular Roja de Interpol.
En sus reportes anuales sobre la Situación del Terrorismo en Europa (TE-SAT 2010 y 2011), Europol señaló que tenía evidencia de los nexos entre las Farc y el grupo separatista español ETA, cuyas coordinaciones no solo se hacían de persona a persona, sino valiéndose de redes sociales. Ese organismo rastreó viajes frecuentes de “etarras” a Venezuela, donde al parecer les dictan cursos sobre manejo de explosivos a los guerrilleros.
“Las Farc consideran a Europa un área de interés estratégico. Valiéndose de contactos europeos, han enviado representantes a algunos Estados miembros. Su misión incluye la creación de células para facilitar el tráfico de drogas y la consecución de armas. Fuentes abiertas sin confirmar reportan que están planeando abrir una oficina en Amsterdam, Bruselas o París”, alertó Europol en 2010.
