
El futbolista brasileño comparece ante la juez de forma voluntaria para argumentar que negó el «contacto sexual» para ocultar la infidelidad a su entonces mujer, que ahora ha pedido la separación.
Relaciones consentidas y «tensión sexual mutua». Tras casi tres meses en prisión provisional, Dani Alves ha declarado este lunes de forma voluntaria ante la titular del Juzgado de Instrucción 15 de Barcelona por la presunta agresión sexual a una mujer de 23 años, la madrugada del 31 de diciembre en la discoteca Sutton, que avanzó ABC. Después de que la Audiencia Provincial rechazase su puesta en libertad el pasado febrero, ahora el futbolista ha admitido ante la magistrada que mantuvo relaciones con la víctima y que, en un primer momento, negó el contacto sexual para proteger su matrimonio.
Es más, el brasileño ha relatado ante la juez que éstas fueron «consentidas» y que hubo «tensión sexual» entre ambos desde un inicio. Alves también ha esgrimido que cree que la joven pudo sentirse «ofendida o enfadada» al pedirle salir por separado del baño y no haber sido «más atento al concluir el acto sexual», para tratar así de justificar la denuncia por violación.
Alves sostiene que existió «tensión sexual mutua» con la denunciante y que mantuvieron relaciones consentidas
También ha defendido ante la sala que jamás escuchó una negativa por parte de la joven o arrepentimiento. Sí que ha admitido que, tras lo ocurrido, pudo ser más cuidadoso y amable, y ha tratado así de apuntar que fue su actitud la que propició la posterior denuncia de la joven. Por tanto, el exjugador del Barça mantiene que es inocente.